El conjunto carioca arrancó con victoria en el Mundial de Clubes 2025 ante un aguerrido Seattle que vendió cara su derrota. Jair e Igor Jesus marcaron la diferencia en una noche de emociones cruzadas.
El debut de Botafogo en el Mundial de Clubes 2025 dejó claro que el equipo brasileño está dispuesto a representar con orgullo al continente sudamericano. Enfrentando al Seattle Sounders de la MLS, Botafogo mostró desde los primeros minutos una estrategia ofensiva basada en transiciones rápidas, juego aéreo preciso y presión media que incomodó a los estadounidenses.
El primer gol llegó al minuto 19 gracias a Jair Cunha, quien aprovechó un centro milimétrico desde la derecha para rematar de cabeza al segundo palo, venciendo al arquero Stefan Frei. La jugada fue un ejemplo de coordinación ofensiva: amplitud por las bandas, desmarque entre centrales y efectividad en el remate.
Diez minutos más tarde, Igor Jesus aumentó la cuenta con un cabezazo contundente tras un saque de esquina. El delantero, de gran despliegue físico durante todo el partido, se impuso con potencia a la defensa del Sounders, dejando sin reacción al arquero.
Con un 2-0 en apenas 30 minutos, el equipo dirigido por Artur Jorge pareció tener todo bajo control.
Aunque el marcador favorecía claramente a Botafogo, el equipo estadounidense no se replegó. Por el contrario, comenzó a ganar terreno, especialmente con la conducción de Albert Rusnák y la movilidad de Jordan Morris. Seattle terminó el primer tiempo con mayor posesión del balón y más intentos de remate, pero sin la puntería necesaria para incomodar realmente a John Victor, el portero brasileño.
En la segunda mitad, la tónica fue similar: Seattle proponiendo, atacando con más intensidad, y Botafogo buscando aprovechar espacios a la contra. Cristian Roldan logró descontar al minuto 72, con un remate que se desvió en un defensor y descolocó al portero.
Botafogo demostró que en los torneos cortos, la efectividad puede marcar la diferencia. En su primera media hora de partido, supieron aprovechar las debilidades defensivas del rival con dos goles que condicionaron el desarrollo del encuentro. Jair e Igor Jesus fueron los nombres propios de la noche, no solo por los goles, sino también por su movilidad y presencia constante en campo rival.
Uno de los puntos débiles de Botafogo fue la desconexión que sufrieron tras el segundo gol. La falta de control del medio campo permitió que Seattle creciera en el partido y tomara la iniciativa. El equipo brasileño se vio superado en posesión (61 % para Seattle) y disparos al arco (23 intentos contra solo 12 de Botafogo).
El exceso de confianza casi les cuesta caro. Si el rival hubiera tenido mayor precisión, el empate no habría sido una sorpresa. La falta de presión alta tras el minuto 60 fue una invitación a que el rival se volcara sobre su área.
Botafogo cumplió en su debut con una victoria que le permite liderar su grupo, pero queda claro que deberá corregir aspectos defensivos y de manejo de partido si quiere avanzar en el Mundial de Clubes. Seattle dejó una imagen positiva pese a la derrota, demostrando que puede competir, pero necesita ser más clínico frente al arco.
El torneo apenas comienza, pero este partido dejó claro que cada detalle cuenta cuando el margen de error es tan pequeño.


